Quizá hubiera optado por poner algo más de rojo (¿una de las tres franjas, por ejemplo?), pero no desentona. Y es curioso, porque recuerda al uniforme de una selección con tan poca relación con México como la de Hungría en 1966. Con el pantalón rojo oscuro (por favor, que no lo lleven blanco), la combinación es fantástica. A priori, optar por el blanco y negro no es mala idea, pero si la de 1990 triunfaba era por el pegotazo de color que le ponía al siempre soso uniforme alemán. Hago una excepción con la camiseta visitante, la blanca, que incluye una bandera serbia vertical a lo largo del dorso. Otro detalle, y entramos de lleno en el mundo de la sastrería, es que la de hace 28 años era de dos piezas y el diseño de la bandera se extendía hasta las mangas. El problema es que la segunda equipación, como en el caso de Nigeria, es un diseño para salir del paso, completamente plano, olvidable, soso y aburrido.
A la segunda equipación, ni un pero: refleja perfectamente el espíritu de la suplente de 1990, con un toque retro pero sin caer en anacronismos. Está muy bien resuelto el toque retro. Suecia. Ya es mala suerte que te toque jugar en el mismo grupo con dos de las selecciones que mejores uniformes llevan. Y creo que va a dar más que antes. R: Nosotros creemos que podemos clasificarnos y vamos a afrontar la eliminatoria con esa convicción. Pienso que con la CUP podemos llegar a un acuerdo nacional. La mala, que es imposible superarla. Parece como si se hubieran esforzado tanto con la primera que para la segunda hicieron algo para salir del paso. Nigeria tendría una nota buenísima de no ser por la segunda equipación: primero, no tiene sentido porque aunque en otra tonalidad, es verde, como la primera. Primero, porque me encanta la combinación de azul y naranja. En el caso de los ‘dragoes’, por primera vez optan por el naranja como segunda equipación. Una pena. Mi nota: 7/10 (que podría haber sido un 8,5, insisto, si tenemos en cuenta solo la primera).